Cuando la vida dejó de ser lo más importante

21/09/2020 | Nuevamente los anticuarentena realizaron una manifestación. Promocionadas y difundidas por dirigentes opositores ya definitivamente son parte de la campaña de cara al 2021. Así continúan poniendo en peligro a todo el sistema de salud público en Pilar.

«La calle es nuestra» esa bandera colgada en uno de los puentes de la autopista Panamericana es la muestra más clara que el objetivo de cada marcha de los anticuarentena es político. Esa búsqueda de los dirigentes opositores de volver al poder antes de lo que marca la democracia pone en riesgo a la población de manera constante, pero parece que proteger a los vecinos hoy no está entre sus prioridades.

¿Por qué la calle es de ellos? En este momento inédito en la historia de la humanidad, y más precisamente en Pilar donde la última gestión tuvo que declarar la Emergencia Alimentaria, debería ser la asistencia, la entrega de alimentos, la fumigación permanente contra el COVID-19 o los programas de ayuda económica los que indiquen quienes son los verdaderos protagonistas «en la calle». ¿Subirse a un auto a pasear por la Panamericana, frenar en un puente y no respetar el distanciamiento preventivo obligatorio es «ganar la calle»?

¿Por qué ellos pueden manifestarse y el resto no? Da la sensación de que aquellos que disfrutan de la cobertura de OSDE 410 son inmunes al coronavirus. Mientras tanto, el otro sector de la población se cuida para estar sanos y cuidar a su familia, poder seguir trabajando y tratar de seguir todas las recomendaciones que brindan los especialistas para que el final de la pandemia esté un poco más cerca.

Mientras la oposición quiere «ser dueña de la calle», la mayoría de la sociedad quiere seguir preservando su vida y la de sus seres más queridos. Por eso, sólo son ellos, los mismos que perdieron en las elecciones hace un año atrás, quienes en este momento van a buscar adueñarse de algo que a pocos les interesa. El mundo entero está preocupado por cuidar la vida y tratar de reestablecer la salud en cada uno de los países afectados. Hoy no existe «la calle es nuestra», la pelea es otra, más cercana a «la vida es nuestra».

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