La Nueva Maternidad, una foto de campaña. El Meisner, la triste realidad

27/09/2019 | El "hospital" inaugurado por Nicolás Ducoté no tiene guardia de 24 horas y sólo atiende de lunes a viernes. Mientras tanto, en la maternidad "Meisner" las mamás de los bebés recién nacidos duermen en el piso esperando poder verlos. El marketing de campaña constrastado con la inexistente política sanitaria en el distrito.

«Un hospital o nosocomio es un establecimiento destinado para la atención y asistencia a enfermos por medio de personal Facultativo, enfermería, personal auxiliar y de servicios técnicos durante 24 horas, 365 días del año y disponiendo de tecnología, aparatología, instrumental y farmacología adecuadas» esa es la definición de los libros que nunca leyeron el Intendente Nicolás Ducoté ni los médicos que lideran el sistema de salud municipal.
Sino nunca podrían rotular como «hospital» a un puñado de consultorios a la vera de la Panamericana.

Evidentemente es un inconveniente de falta de formación académica de parte de los funcionarios del área. Debido a que, en diciembre del 2016 también cortó cintas en el denominado «hospital» odontológico, que tampoco tiene guardia de 24 horas ni abre los fines de semana. Precisamente su horario es de 7.30 a 16 horas. Si tenen una urgencia en otro momento, los vecinos deben recurrir a la medicina privada.

Más allá de las terminologías, y volviendo a la maternidad, el edificio ubicado en el KM 52 de la Panamericana no ofrece los servicios esenciales para las embarazadas y/o parturientas. Pero el cartel gigante a la vista de todos, las paredes recién pintadas, las pantallas leds en la recepción son la herramienta para aparentar algo que no existe. En cambio, en Presidente Derqui (lejos de las luces y publicidades de campaña) aún está el hospital Materno Infantil Comodoro Hugo César Meisner.

Apartado y con fecha de vencimiento al dorso (Ducoté anunció que lo va a cerrar), el Meisner sigue siendo el espacio público sanitario para recibir a las mamás y sus bebés. Aunque las condiciones edilicias cada vez son peores y las preocupaciones electorales de Ducoté directamente lo hicieron desaparecer de los temas de su gestión. Las imágenes de mujeres durmiendo en el piso ya son una costumbre, que aún generan indignación.

«Un hospital que se empieza, se termina» es uno de los slogans de campaña de Ducoté, a pesar que la realidad muestra que aún no finalizó ninguno. Sólo cataloga como tales a dos edificios con consultorios. Mientras tanto, los preexistentes sufren su gestión de abandono y por consecuencia, también lo hacen los vecinos que acuden al sistema municipal de salud.

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