Nicolás Ducoté a algunos integrantes de su gabinete les da luz verde para cualquier tipo de decisión que tomen, aunque eso afecte a las arcas municipales. Ese tipo de privilegios tiene su Secretaria de Hacienda, Cecilia Cabrera, secundada desde las sombras por el «despedido» Ezequiel Abuelafia, su marido. Con ese poder contratan a proveedores «amigos» dispuestos a cualquier tipo de retribución por ingresar al sistema de la Comuna.
CECILIA CABRERA Y EZEQUIEL ABUELAFIA.
Un ejemplo es la llegada de la firma Sermax a Pilar, desde el sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cecilia Juárez y Esteban Morbach, actuales funcionarios de Ducoté, son muy amigos de la pareja contratadora. Casualidad o no, los dos últimos antes de ingresar al estado local trabajaban en la firma mencionada. A los cuatro, el 2015 les cambió la vida y ahora viven con los recursos de los pilarenses, compartiéndolos con la empresa beneficiada.
Juárez es la secretaria privada de Cabrera y a Morbach lo colocaron en el área de mantenimiento de edificios públicos, justo donde se necesitan los servicios de Sermax. Los cuales tienen costos elevadísimos dentro del mercado del rubro. Pero con «atenciones» hacia sus contratadores que otros no tienen.
Vacaciones en Pilar
Al igual que antiguamente Cabrera y Abuelafia, Juárez y Morbach viven en Avellaneda. Por ello, en el convenio «colectivo» de trabajo de la pareja está incluido el combustible que gastan para llegar a nuestro distrito, en época escolar. La situación cambia durante las vacaciones, ya que les alquilan una casa en un country cercano al cruce Derqui para no tener que trasladarse a diario con el hijo de ellos.
El chiche de Cabrera
Increíblemente en una oficina donde sólo hay expedientes y todo tipo de documentación, Cecilia Cabrera en el 2015 ordenó que se compre un contador de billetes para su despacho. ¿Tanto cambio lleva en la cartera y necesita ayuda para contarlo? ¿O se le desordenan los billetes del «Estanciero» cuando juega con sus hijos en el palacio municipal?
En todas las Secretarías necesitan billetes para poder figurar alto en la categoría social, mantener a los gatitos municipales que se comparten entre los funcionarios no es varato. Hay viajecitos, escapadas, cenas, regalos para satisfacer los gustos de las chichis que si no es por eso les vajan el pulgar. Veamos que pasa aora que se les corte el chorro. ¿Cómo hará MAM. la «ejecutiva de cuentas» preferida de la etapa Ducoté? ¿Quién le aportó billetitos para su viaje al viejo continente?