Uno de las patas del gobierno local del Frente Cambiemos quedó en el Consejo Escolar, desde allí buscan llevar adelante las políticas del sector liderado por Nicolás Ducoté. Quien ha tomado mayor relevancia ha sido Pablo Donoso, por su juventud y el rol que le asignaron. Y como nuevo tesorero del Consejo Escolar ya ha tomado decisiones que no fueron vistas con buenos ojos por sus colegas.
Al igual que en el Concejo Deliberante, Cambiemos tiene menos consejeros escolares y deben consensuar casi todas las determinaciones de definan. Una de las primeras se refiere al tema de los proveedores. Pilar se ha caracterizado en los últimos años por no tener paro de sus proveedores, porque todos son de Pilar y el sentido de pertenencia ha sido más fuerte que la cuestión económica. No sólo cobraron atrasados sino también hasta han recibido bonos con el compromiso de pago de la provincia.
Casi sin trayectoria política ni recorrida en el área, Donoso decidió modificar ese esquema y así fue comunicando a los proveedores locales que ya no precisaba de sus servicios. Uno de ellos ha sido el desagote de pozos, realizada por dos empresas de Pilar durante las últimas dos décadas. Sin un argumento claro ni llamado a licitación o concurso, el joven macrista contrató a una firma porteña. A través de Delf SA, comenzaron a llegar por la autopista Panamericana los camiones de “Desagotes La Victoria” para vaciar los casi cien edificios escolares del distrito, ya que sólo seis o siete cuentan con el servicio de cloacas.
A la actitud poco comprensible del funcionario se suma que esa empresa seguramente no es más económica que las locales, porque no descarga en la planta de Sudamericana de Aguas ubicada en la localidad de Luis Lagomarsino. Para ello debe habilitar sus unidades en la Municipalidad del Pilar y también la firma debe estar radicada en el partido. Por consecuencia, su costo se incrementa ya que deben trasladarse hasta Campo de Mayo para vaciar sus camiones.
Ante esta situación, los colegas de Donoso fueron a pedirle explicaciones de la contratación poco clara de “Desagotes La Victoria” y la salida de los proveedores locales. Finalmente debido a esa presión, el inexperto tesorero terminó accediendo a dividir las escuelas entre “su” empresa y una pilarense.
