El ex médico de Biden pide retrasar el refrendo del panel de la Cámara, citando preocupaciones de privilegios del paciente

WASHINGTON (AP)-El médico del ex presidente Joe Biden ha pedido retrasar su refrendo frente a el Comité de Supervisión de la Cámara esta semana, citando la escazes de un acuerdo que respete las reglas de confidencialidad del médico-paciente como parte de la investigación sobre la salubridad de Biden en el cargo.

El Dr. Kevin O’Connor, quien se desempeñó como médico de Biden en la Casa Blanca, solicitó un retraso hasta finales de julio o principios de agosto “para montar a un alojamiento que protegerá los intereses de privilegio y confidencialidad muy sustanciales del Dr. O’Connor y el ex presidente Biden”, según una carta de su abogado enviado al representante James Ingerir de Kentucky el sábado. Associated Press obtuvo una copia de la carta.

Un portavoz de los republicanos de supervisión dijo que el comité seguirá las pautas de deposición de la Cámara, que permiten a los testigos que afirman el privilegio sobre una pregunta por preguntas, y el presidente del comité intrepidez sobre cada señuelo. Pero a O’Connor no está permitido, en opinión del comité, retrasar o rehusar una citación del Congreso oportuno a las preocupaciones sobre las preguntas sobre información potencialmente privilegiada.

El regreso y por más allá es parte de una lucha más amplia sobre el inteligencia de la investigación republicana de la Cámara sobre la existencia y la aptitud mental de Biden, con serias implicaciones tanto para la política como para la política. Los republicanos además han afirmado que algunas políticas llevadas a agarradera por la Casa Blanca “Autopen” pueden ser inválidas si se demuestra que Biden estaba mentalmente incapacitado durante alguna parte de su mandato.

Biden ha inhábil firmemente las afirmaciones de que no estaba en un estado mental correcto en ningún momento mientras estaba en el cargo, calificando las afirmaciones “ridículas y falsas”.

El Comité de Supervisión de la Cámara solicitó por primera vez que O’Connor testifique frente a el comité en julio pasado, pero la Casa Blanca de Biden bloqueó su refrendo. Ingerir renovó su solicitud en mayo y luego citó al médico en junio.

David Schertler, el abogado de O’Connor, en la carta dijo que el comité se está negando a “acomodarse en cualquier fracción de las objeciones del Dr. O’Connor” sobre la protección del privilegio. Dijo que la intrepidez del comité era “sin precedentes” y “inquietante” y advirtió que amenazaba principios más amplios en torno a la privacidad médica.

Scherlter dijo que O’Connor podría desavenir “graves consecuencias” por violar sus obligaciones como médico, incluida la pérdida de su abuso médica.

En una citación de junio de O’Connor, Ingerir dijo que las reclamaciones de privilegio médico-paciente bajo el Código de Ética de la Asociación Médica Chaqueta “carecen de mérito” porque ese código no es parte de la ley federal. Dijo que la citación del comité cumple con el requisito de la AMA de que los médicos deben compartir la información médica de un paciente si “legalmente obligado a divulgar la información” o “ordenarlo por autoridad legalmente constituida”.

Ingerir ha prometido que el comité hará públicos todos sus hallazgos en un crónica posteriormente de que la investigación haya terminado. Ha citado a O’Connor y Anthony Bernal, ex patriarca de gobierno de la ex primera dama Jill Biden. El comité el mes pasado escuchó refrendo voluntario de Neera Tanden, ex directora del asesor de política interna de Biden.

El comité además solicitó el refrendo de casi una docena de ex ayudantes de Biden, incluidos los ex jefes de personal de la Casa Blanca, Ron Klain y Jeff Zients; ex asesores principales Mike Donilon y Anita Dunn; ex subdirector de gobierno Bruce Reed, ex guía del presidente Steve Ricchetti, ex patriarca de gobierno adjunta Annie Tomasini y ex asistente del presidente, Ashley Williams.

La Casa Blanca de Trump ha renunciado al privilegio ejecutor, un principio que protege muchas comunicaciones entre el presidente y el personal del Congreso y los tribunales, para casi 10 ex altos empleados de Biden. Ese movimiento despeja el camino para que esos empleados discutan sus conversaciones con Biden mientras él era presidente.

Si adecuadamente el privilegio puede aplicarse a los antiguos empleados, la intrepidez de renunciar a él es decidida por la despacho sentada.

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