“Cuando dice “canje”…no soy la Reina Máxima Zorreguieta, ¿canje de qué chicos? Mi casamiento va a ser sumamente íntimo, 70 invitados, no hago una fiesta de 500 ni tiro la casa por la ventana porque no tengo la plata para hacerlo», declaró hace un par de meses Jésica Bortule en la previa de su casamiento y en respuesta a una nota publicada por Pilar Político. Y no mintió, los concurrentes se acercaron a ese número y casi todos pertenecientes al gobierno de Nicolás Ducoté. Las mismas personas que debían estar en las Fiestas Patronales del barrio San Alejo pero prefirieron el glamour del salón El Tata en Del Viso.
Como ya había ocurrido con aquella controversial despedida del año de la Secretaría de Hacienda, con el Subsecretario más importante del área mostrando su torso desnudo en un bar del KM 50; El Tata fue el espacio elegido para la nada humilde fiesta de casamiento de Jésica y Santiago. Quienes realizaron la ceremonia en ese mismo lugar, como ocurre en las novelas, a la luz del día con el Padre Oscar de la parroquia San Antonio de Padua.
No faltó nada ni nadie y eso incluye al Intendente Nicolás Ducoté, quien asistió a la cita de elegante sport, con jeans y saco, junto a su esposa Laura Zommer. A quien, algunos de los invitados de la fiesta le aseguraron a Pilar Político, no la vieron muy divertida. ¿Tenía otro compromiso? ¿O ese tipo de reuniones sociales no son de su agrado?
Solo y ¿enojado?
Mientras en El Tata fluía el champagne, el Presidente del Concejo Deliberante, Gustavo Trindade, no paraba de twittear sobre su presencia en las Fiestas Patronales de San Alejo. Se mostró casi en soledad arriba del escenario principal, donde fue el encargado de saludar a los representantes de las instituciones que desfilaron. ¿Quiso dejar en evidencia a sus compañeros de gestión? ¿O buscó que le envíen algo de torta del casamiento?
Che digo Yo, pero ese cura es más que trucho, dado que desde el 2007 por una decisión eclesiástica los curas sólo pueden celebrar el sacramento del matrimonio en el templo. Y también es sabido que los curas que hay en el salón de el Tata son todos truchos.