Ayer el Intendente Nicolás Ducoté les anunció a los actuales inspectores municipales que pasaron a formar parte del “Cuerpo Único de Inspectores”, teniendo como jefe al actual Secretario de Gobierno Diego Ranieli. Así el ex denarvaista vuelve a tomar protagonismo en la gestión de Cambiemos, luego de su fracaso como interlocutor entre el Ejecutivo y el Concejo Deliberante.
Con la posibilidad de tener a su cargo a los municipales que realizan las inspecciones de Obras Particulares, Industria, Comercio, Nocturnidad, Medio Ambiente, Defensa al Consumidor y Sanidad, Ranieli sin dudas tomó el rol de policía de cara a la sociedad. Pero en este caso con super poderes, ya que mantiene la facultad de sancionar con su esposa, la Dra. Virginia Short, al frente del Juzgado de Faltas N°2. ¿Ocurrirá lo mismo que con el ex juez Oyarbide? ¿Habrá grandes operativos sólo cuando ella esté de turno? ¿Qué sucederá con el Juzgado N°1 de Sebastián Zamarripa?
Que Ranieli tenga la chance de aplicar la ordenanza contravencional y después decidir las sanciones no parece sano, es como si cobrara el penal y después lo pateara el mismo. Pero no es la única situación que se puede marcar en esta iniciativa de Ducoté. Otro punto, por ejemplo, es la pésima relación que mantiene con Guillermo Lindoso, a quien le sacan sus inspectores de Comercio e Industria, para dejarlos a cargo del ex pattista.
Haberse quedado con los escasos municipales que aún quedaban en la Dirección de Obras Particulares, significa que el Intendente prácticamente relegó a Luis Invernizzi a tareas meramente administrativas y por ende Jesús Cariglino pierde terreno en un lugar donde hasta hace unos meses era amo y señor. Entre Ranieli y Juan Pablo Caputo se reparten el manejo de los nuevos emprendimientos que lleguen al distrito.
“El intendente busca con esta decisión optimizar los recursos de la Comuna y dotar de tecnología a los inspectores para que hagan mejor su trabajo. En eso estamos trabajando y los resultados pronto estarán a la vista”, aseguró el secretario Ranieli. Aunque la parte de capacitación viene lenta; debido a que, tuvieron que recurrir al sindicato de gastronómicos para que los inspectores de Bromatología salgan a la calle con el curso de manipulación de alimentos hecho, básicamente para que sepan que deben observar en las instalaciones que recorren.
Nuevamente, Ducoté confía en Ranieli. Ya lo hizo anteriormente y le costó uno de los dolores de cabeza más grandes de su gobierno, cuando perdió la votación por el nuevo Código Urbano. Si cumple con sus expectativas, también puede convertirse en uno de los aspirantes a ocupar la lista de candidatos a concejal. ¿Será finalmente el Messias del pelado?