Ya pasaron siete meses completos de este 2017, y a pesar de las declaraciones del Intendente Nicolás Ducoté quien asegura que Pilar es un oasis donde el crecimiento de la economía ya se siente, los pequeños y medianos comerciantes continúan sufriendo la coyuntura económica. Las mediciones de SCIPA demuestran que más de la mitad de sus relevamientos mensuales dieron saldos negativos en las ventas. Sin embargo, la Comuna en los cambios que introdujo en la ordenanza Tarifaria decidió priorizar proteger a los grandes contribuyentes del sector y prácticamente descartar las problemáticas de los más humildes.
Según la mirada del Subsecretario de Ingresos Municipales, Juan Carlos Mairano, fue más importante ceder en la carga impositiva con los Centros Comerciales, Galerías Comerciales, Paseo de Compras, Complejos de Oficinas y similares. A esos no les modificó la escala del tributo de Seguridad e Higiene que oscila entre los $8.045 para aquellos que tengan hasta 200mts2 y los $80.440 a partir de 3001mts2. No obstante, les eliminó los recargos por su ubicación. Por ejemplo, antes de los cambios, los que están radicados sobre la autopista, y hasta un radio de 200 metros de influencia, pagaban 200% de recargo. Aquellos que están sobre rutas nacionales o provinciales abonaban 100% extra y un 50% en otras vías principales.
A diferencia de esos «Black Friday» que les concedieron a los shoppings, a los comerciantes ubicados en el casco histórico o en los diferentes barrios sólo los exceptuaron de pagar la habilitación si sus locales no superan los 50mts2. En promedio, ese beneficio ronda los $1000. Osea, para los más pudientes descuentos que van desde $8000 hasta $160.000 bimestrales. Para nada equitativo.
Como hemos informado, Mairano es el más interesado en incrementar la recaudación, básicamente porque de esa manera su Comisión es mayor según lo acordado con Ducoté. Por eso, estas modificaciones no sólo obedecen a dar beneficios exclusivos, sino también a allanar el terreno para las inversiones que seguramente ya están acordadas. ¿Es una especie de promoción industrial como en San Luis o Tierra del Fuego? No, es la promo del funcionario procesado y el alimento de engorde de su bolsillo.