Por Nandita Bosé
WASHINGTON (Reuters) – La Casa Blanca bajó las banderas a media cuerno el martes tras la homicidio del ex vicepresidente Dick Cheney, mientras que el presidente Donald Trump y su suministro guardaron silencio sobre el fallecimiento del político republicano.
Hasta el martes por la tarde, la Casa Blanca no había emitido un comunicado marcando la homicidio de Cheney, ni Trump había intervenido en las redes sociales.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ofreció sólo un breve inspección de la homicidio de Cheney a los 84 primaveras el lunes cuando un periodista se lo pidió durante una conferencia de prensa.
“Sé que el presidente está al tanto del fallecimiento del ex vicepresidente. Y como vieron, las banderas se han bajado a media cuerno de acuerdo con la ley”, dijo Leavitt el martes.
Cheney, quien sirvió dos mandatos como vicepresidente bajo el presidente George W. Bush, había representado durante mucho tiempo un tipo de política republicana que chocaba marcadamente con el enfoque populista de Trump.
La división se profundizó a posteriori de que Cheney y su hija, la exrepresentante estadounidense Liz Cheney, se convirtieran en feroces críticos de los esfuerzos de Trump por anular las elecciones de 2020.
Liz Cheney, quien se desempeñó como vicepresidenta del comité de la Cámara que investigó el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio de Estados Unidos, dijo que Trump había “convocado a una turba violenta” y “causado una crisis constitucional”.
Su padre apoyó públicamente su postura y dijo en un anuncio de campaña de 2022 que “nunca ha habido un individuo que haya sido una amenaza maduro para nuestra república que Donald Trump”.
Trump atacó con frecuencia a uno y otro Cheney durante su campaña presidencial de 2024. Acusó al ex vicepresidente de admitir a Estados Unidos a “guerras interminables” y se burló de la derrota de su hija en las primarias republicanas de Wyoming.
En un evento de campaña del 31 de octubre de 2024 con el ex presentador de Fox News, Tucker Carlson, Trump dijo que “nunca fue un fanático de Cheney”, pero le sorprendió que el ex vicepresidente respaldara a su hija ayer que a él.
(Reporte de Nandita Bose en Washington Editado por Colleen Jenkins y Deepa Babington)