Uno de los efectos más duros que ha provocado el virus Covid-19 fue el cierre de todos los pasos fronterizos, cercando el país y no dejando ingresar ni salir a ningún ciudadano. Lamentablemente, uno de los efectos negativos fue impedir el regreso de compatriotas varados en distintos puntos del mundo. Lucas y Lucía, una pareja de Pilar, son unos de los perjudicados. Estancados en Francia, en un pueblo a 100 km de Toulouse y a mil de París, recibieron ayuda de vecinos del lugar, a la espera de alguna respuesta o solución de Cancillería.
Los pilarenses partieron de viaje en octubre, con la misión de recorren Europa y, tal vez, algún otro continente. Pasaron por Inglaterra y ya tenían todo arreglado para ir hacia Marruecos, sin embargo, la pandemia les cambió los planes cuando pernoctaban en Francia. Quisieron tomar el último avión hacia Buenos Aires, pero el sistema de transporte colapsó. Ahora, están en el país galo junto a otros 168 argentinos de los cuales tres también son de Pilar.
“Somos gente laburante, vendimos nuestra cosas para poder pagar el viaje. No somos de clase alta ni de media”, manifestó Lucas en un audio donde pide auxilio. Tienen hospedaje y comida gracias a “una señora” que conocieron allá y les tendió una mano, pero el dinero se les agota. Ya fueron desalojados una vez de otro sitio donde habían encontrado refugio. “Vivir en un país que no es el tuyo es muy complicado”, cerró.