La pandemia que azota al mundo y afecta al deporte les pone interrogantes a las situaciones contractuales de los futbolistas. Sucede en las altas esferas del fútbol argentino y, por supuesto, los que más sufren al respecto son las categorías bajas. Real Pilar no está exento de esta problemática: todos los contratos se terminan el 30 de junio y piensan cómo continuar.
A diferencia de otros equipos, la competencia está confirmada para el Monarca: será uno de los participantes clasificados para jugar el Reducido por un lugar en la Primera B Metropolitana. Por eso, esperan novedades sobre la vuelta del fútbol y el convenio de Agremiados con la AFA para extender automáticamente todos los vínculos por seis meses.
En junio, indefectiblemente, habrá novedades para el único representante de Pilar en los torneos de AFA. En caso de que el convenio no rija, se evaluarán las continuidades de manera individual, dependiendo también de cuándo vuelva a rodar la pelota.