Alguna vez en una entrevista previa a las elecciones del 2015, Nicolás Ducoté había asegurado en un medio local que: “Zúccaro ha sido mejor político, que funcionario en su gestión”. Y manifestaba que esa virtud lo había mantenido tantos años en el poder. Evidentemente, como su gobierno no crece, parece que intentará copiarse del Doctor. Y la forma que encontró es “metiendo la cuchara” en la interna peronista.
«Para todos fue un primer año difícil, el 2016 fue nuestro peor año de gestión a nivel municipal, provincial y nacional”, admitió Ducoté hace tan sólo unos días atrás; y más allá de las frases espectaculares como: “En 2017 habrá más obras que nunca en la historia de Pilar”, el jefe comunal sabe que la tendrá más que complicada en las elecciones legislativas si apela solamente a los méritos propios.
Entonces, dejando de lado todas las capacitaciones a las que concurrió, o las enseñanzas que pudo haber adquirido en Harvard, el líder de Cambiemos apelará al manual de los feudos territoriales. Ese que dicta que no sólo hay que ocuparse del electorado propio, sino también intervenir en la elección de las fuerzas opositoras.
En busca de profundizar aún más las distancias entre los representantes del peronismo, ha decidido apostar a que sus adversarios en octubre sean los mismos de siempre, los que no lo van a sorprender y a quienes ya venció en el 2015. Ducoté apoyará a la candidatura de José Molina, quien está secundado por Humberto Zúccaro.
“Voy a financiar su campaña”, expresó sin temor en más de una ocasión en las últimas semanas. ¿Cómo? Apelando a las viejas recetas, como entregas de contratos o incorporando personas a la planta municipal, son algunas de las formas conocidas para este tipo de estrategias. Pero a eso también hay que agregarle al Concejo Deliberante como un posible espacio de acuerdos entre las partes.
¿Por qué Molina? Según ha manifestado el Intendente entre sus personas de confianza, es la manera más sencilla que ve para debilitar al PJ. Sostener a un candidato al cual ya le ha ganado fácilmente, con alrededor de 11 puntos de diferencia en el 2015, si toman los resultados de las últimas elecciones generales. Además, identifica al derquino como a un candidato con un techo visible, debido a la imagen negativa que reflejan las mediciones más recientes.
A pesar de que buscó diferenciarse de la vieja política, Ducoté parece terminar en los mismos vicios, “poniendo un huevo en cada canasta”. Todavía no confirmó la lista de Cambiemos, pero ya tiene a su hombre en el PJ. Mientras tanto, ¿y el Cambio? ¿y la gestión?
