Ha sido una constante falta de prácticamente todos los locales ubicados sobre el Corredor Nocturno. El ingreso de menores nunca se pudo controlar, más allá de circunstanciales inspecciones. Justamente en la noche del sábado hubo un trabajo especial del área encargada del municipio, más la Secretaría de Seguridad, SAP, Policía Local y Policía Bonaerense. Como resultado, sacaron a varios “niños” de Vampiro y Sopranos; y se colocaron las primeras fajas de clausura del 2016.
Hasta el fin de semana anterior, sólo se habían labrado actas de infracción a modo de advertencia. Las cuales evidentemente no fueron lo suficientemente contundente para los empresarios de la noche y por ello decidieron seguir de la misma manera. Ahora deberán presentarse ante el juzgado de faltas de turno para levantar la clausura.
Tanto Claudio Parmesano como Santiago Lacava, propietarios de Vampiro y Sopranos respectivamente habían sido invitados por Christian Rasmussen, el «Airoldi de Ducoté», junto al resto de los titulares de boliches y bares de Pilar, hace casi un mes atrás. En esa reunión se intentó marcar las pautas de trabajo para la noche local. Sólo el titular de Sopranos faltó a ese compromiso.
No es la primera vez que se pone el ojo en la presencia de menores en lugares indebidos. Entre el 2008 y 2009, el Concejo Deliberante intentó crear una ordenanza para que los sancionados sean los padres de los jóvenes que sean encontrados en boliches o bebiendo alcohol en la vía pública.
La incógnita pasa por saber cómo continuará la relación entre la comuna y aquellos empresarios de la noche que no están acostumbrados a que le marquen la cancha. Generalmente ponen la pelota, eligen el árbitro y deciden cuando se termina el partido. Rasmussen no podrá imponer la ley seca como Elliot Ness en Chicago, pero ¿sacará a los menores de los boliches todos los fines de semana del corredor nocturno?
