A la gestión de Nicolás Ducoté se le apunta que sus consejeros escolares contrataron proveedores que enviaron carne podrida a los comedores y pan con excremento; que en el 2018 las escuelas estuvieron cerradas durante meses porque peligraban de tener una tragedia como la de Moreno; que este año se cayó un techo sobre alumnos de la Escuela N°25 de Los Cachorros; y que con la llegada del frío, los chicos acuden a sus clases con frazadas. Sin embargo, con el inicio de la campaña los militantes oficialistas poseen estufas que en las aulas no existen.
Fue la concejal opositora Paula González quien denunció esa particularidad nunca vista en el distrito, la misma que en más de una ocasión fue insultada por la «barra» de Cambiemos y el Presidente del Concejo Deliberante Gustavo Trindade le dijo que tenía que acostumbrarse porque son «gajes del oficio». ¿Y ahora qué le responderá? ¿Ir a la escuela y sufrir el frío es «parte de la vida»?
Ubicados en la puerta del Banco Provincia, sobre la vereda de la calle Lorenzo López en Pilar, se pudo observar a los militantes contratados por Ducoté con su «calefactor de exterior». Ese artefacto que ronda los $10.000 en Mercado Libre y es un clásico de los eventos privados realizados al aire libre. Ósea para nada popular. Muy lejano de la estufa a kerosene o la salamandra a leña.
Es extraño que aún no haya pasado por el lugar el Presidente del Consejo Escolar, Pablo Donoso, y haya hecho una selfie con la calefacción top (a él le gustan las fotos con calefactores). O por lo menos que pida presupuesto o canje en el mismo lugar, porque al regreso de las vacaciones aún quedarán alrededor de dos meses más de invierno. ¿O los alumnos tendrán que seguir aguantando el frío? ¿O ya fue a Once a comprar frazadas a un mayorista?